lunes, 23 de abril de 2012

La Conservación del Museo

La garantía del futuro

Los objetos artísticos y culturales, por su valor histórico y documental se convierten en piezas invalorables e insustituibles para la sociedad. Su carácter perecedero obliga a las instituciones museísticas a enfrentar el reto de su conservación, para garantizar a las sociedades presentes y futuras el disfrute y conocimiento de estos bienes.

Entendemos por conservación el conjunto de medidas que tiene como finalidad evitar el deterioro de los objetos y la prolongación de su vida.

En este sentido, los museos deben asumir la función de conservación considerando desde la preservación del material con que se elabora el objeto, hasta la supervisión y control de su manipulación, e integridad física y seguridad.

Este capítulo es el resultado de la compilación y revisión crítica de bibliografía especializada en el área y a la discusión con especialistas de nuestro país.

Normas generales
A fin de evitar posibles deterioros en objetos o colecciones, los Museos acostumbran hacer cumplir una serie de normas de carácter general, tanto para el personal de la Institución como para el público. El conocimiento y cumplimiento de tales normas es de gran importancia ya que facilita la labor de los Museos y la grata asistencia del público a éstos. Dichas normas son las siguientes:

1. No tocar los objetos expuestos en los Museos.
La prohibición de contacto directo del público con los objetos expuestos es una norma de conservación muy común, además de ser la más sencilla de las medidas de protección para el público y para las obras que se encuentran en el museo. Tratamiento especial reciben las instalaciones u obras participativas.

2. No fumar dentro de las áreas de
exposición u otras donde se trabaje con material inflamable.
Los peligros de incendio con las consecuencias de destrucción que conllevan, justifican todas las medidas que puedan ser tomadas para evitar tales riesgos.

3. No ingerir alimentos ni bebidas en las salas, pasillos y lugares de acceso al Museo.
Es conveniente recordar que los restos de comida siempre atraen animales: ratones, moscas, hormigas, cucarachas, etc. Ello propicia perjuicios y deterioros, tanto al medio ambiente del Museo como a su edificación y colecciones.

4. No portar objetos innecesarios y molestos durante el recorrido por el Museo (paraguas, bolsos, maletas etc.).
Como prevención a los riesgos de robo y agresión que puedan sufrir las obras expuestas en un museo, se considera de suma utilidad la prohibición de portar, durante el recorrido por las instalaciones, los objetos mencionados y otros similares.
El personal del Museo deberá persuadir al público acerca de la inutilidad de tales objetos durante el recorrido, así corno las molestias de peso y manipulación que puedan ocasionar los mismos en las áreas del Museo.

5. No introducir animales a las áreas del Museo.
La previsión de situaciones conflictivas y de peligro para las personas, las obras expuestas, e incluso el propio animal, obligan a la exigencia del cumplimiento de esta norma.

6. No permitir el acceso al Museo de personas cuyos modales o conducta que puedan significar molestia para el resto del público o riesgos para las colecciones.
El personal del Museo deberá estar siempre dispuesto a utilizar medios persuasivos discretos para evitar la presencia de personas o grupos en estado de embriaguez, demencia, euforia u otros estados emocionales que puedan potencialmente ser fuente de disturbios o agresión, tanto para el público y personal del museo, como para las obras en exposición.

7. No realizar visitas a los Museos portando aparatos musicales.
Las visitas a los Museos se realizan para el disfrute y la contemplación visual de las exposiciones que éste ofrece. En consecuencia, los ruidos molestos distorsionan las condiciones óptimas de observación y goce de las actividades expositivas.

8. Solicitar los permisos correspondientes para la realización de tomas fotográficas, videos o filmaciones.
El personal de los Museos deberá estar atento ante la realización de tomas fotográficas mediante equipos complejos: trípodes, luces, lámparas, filmadoras, etc. Tales actividades siempre deberán contar con una autorización del personal directivo de la Institución, que considere la finalidad de las tomas y su conveniencia.

9. No tomar fotografía con flash.
Los efectos ocasionados por la luz que emite el flash producen deterioro a los objetos expuestos a ello. Por tal razón la prohibición fotografiar con auxilio de flash es una norma mundial de conservación de museos.



Climatización
El medio ambiente en los museos está determinado principalmente por la humedad relativa y la temperatura. Estos factores inciden de una manera directa en el estado de conservación de los objetos expuestos o almacenados en los museos.

La buena conservación de las obras en estas instituciones exige el mantenimiento de una atmósfera climática relativamente estable, pues modificaciones bruscas de los factores mencionados puede provocar el surgimiento de moho o bacterias, así como fenómenos de corrosión, dilatación y contracción de los materiales que acelerarán el deterioro de las obras.

Por ello se hace necesario conocer los efectos dañinos que éstos puedan generar, las condiciones ideales en que pueden actuar sobre los objetos sin peligro alguno, y los equipos técnicos que permiten su control y medición.


Iluminación
Otro factor de suma importancia en el adecuado manejo de colecciones en Museos, es el relativo a las condiciones de iluminación a las que se someten los objetos expuestos.
Veamos en qué consiste:

Control de iluminación
La iluminación en los Museos es un elemento fundamental para la exhibición de las colecciones; las más utilizadas son las siguientes:

Luz natural
Luz de Sol

Luz artificial
Luz fluorescente (focos o lámparas)
luz incandescente (bombillas 120 v.)
Luz halógena Luz de sodio
Cada una de estas tienen un rango de luz y calor diferente, su utilización depende del objeto a exponer, su sensibilidad, distancia entre el objeto y la lámpara.

Sin embargo, la exposición prolongada de los objetos, sea a luz natural o no, puede causar grandes daños en las obras (resecamiento, decoloración, craqueladuras, etc.)

La adecuada medida de la iluminación sobre los objetos de museos es el Lux (es la iluminación de una superficie que recibe un lumen en cada metro cuadrado, siendo el lumen la unidad de flujo luminoso).

Según sea la naturaleza de las piezas expuestas, la iluminación deberá ajustarse de acuerdo a los rangos que recomienda
Almacenaje de obras
 

A menudo, en los Museos se presta escasa atención a los lugares de depósito y almacenamiento de obras. Error grave éste, ya que la experiencia indica que son muchos los daños ocasionados en las colecciones por el inadecuado diseño del área dispuesta para servir como depósito de las mismas.

La importancia de los depósitos y almacenes de obras, radica en que son éstas las áreas en las que las colecciones reposan por período más prolongados de tiempo. De hecho, es el depósito el lugar en donde se inician y culminan todas las operaciones y movimientos de obras, desde su ingreso a la institución hasta su salida a exposición

 
Embalaje de objetos y colecciones
Las siguientes medidas están destinadas a minimizar los daños atribuidos a deficientes embalajes:

1. Diseñar los recursos de embalaje considerando la necesidad de fácil manipulación de las cajas durante su carga y descarga. Igualmente, el embalaje debe garantizar una protección adecuada por períodos de tiempo relativamente prolongados.

2. Los materiales de fabricación de las cajas de embalaje deben ser de primera calidad, pues deben garantizar el óptimo funcionamiento del contenido, resistencia a todo tipo de deterioro y una protección adecuada a su contenido. Las cajas deben estar cerradas por todos lados y ofrecer sobre sus superficies exteriores espacios convenientes para identificar, en forma clara, su origen y destino. Igualmente, debe facilitar la señalización y simbología universal que establezcan la correcta forma de colocación, la fragilidad de su contenido y los riesgos de lluvia, sol o manipulación inconveniente (ver ilustraciones).

3. Extremar las medidas de protección de los objetos contra daños mecánicos, resultantes de golpes, presiones y/o vibraciones durante el viaje.
4. Evitar el deterioro resultante por la acción de agentes biológicos sobre los objetos embalados. En este sentido, deben prepararse adecuadamente los objetos contra la actuación de insectos, hongos, ratas, etc.

5. Proteger los objetos contra los cambios bruscos de temperatura y humedad que pudieran producirse durante el viaje.

6. Embalar en cada caja los objetos afines respecto a la fragilidad y peso. Cuidar de no colocar muchos objetos por cada caja de embalaje
Las consideraciones anteriores en cuanto a embalaje, tienen un carácter general, pues su utilidad no está en relación a ninguna condición previa de los objetos tratados. Sin embargo, los diferentes tipos de objetos que existen en las colecciones de Museos requieren consideraciones específicas para su mejor manipulación. Se tratará de ofrecer detalles de tales condiciones a continuación:

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